![]() | Los Tres Días en el Templo |
[1.11] En algunas ocasiones algunos muchachos inteligentes hacían preguntas a los examinadores y pedían explicaciones sobre diversos textos de los profetas. En estos casos los examinadores acostumbraban a enojarse y ponían muy mala cara, pues los examinadores raras veces estaban más al corriente de las Escrituras y de los profetas que los maestros mal instruidos de enseñanza elemental. Sólo sabían de lo que tenían que preguntar; de lo demás tenían poco o ningún conocimiento.
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