Salmo 2 — Para cantarlo al Señor al encontrarse en apuros

[2.1] ¡Oh mi Dios, mi Padre llenísimo de Amor! ¡Qué maravilloso eres, qué indulgente y manso, y cómo estás lleno de la mayor paciencia!

[2.2] Oh Padre indulgentísimo y santo, mira la noche de esta Tierra que se ha vuelto turbia; los hombres alborotan y hurgan en ella al igual que los zorros y lobos, los cerdos y osos, hienas y leones. —

[2.3] Raras veces un hermano respeta ya al otro por ser "hermano suyo". Oh, ¡cuánto se han apartado los hombres de la Meta viva y sagrada!

[2.4] ¡Ellos han perdido lo más Alto, lo más Grande, lo Mejor! — ¡Aquí casi nadie se preocupa ya por la Vida Eterna! ¡Y Tú, Padre Santo, te has apagado por completo en los corazones de incontables hermanos y hermanas más que ciegos!

[2.5] Y así pues la codicia es el espíritu dominante, a pesar de que cada uno siempre puede experimentar de la manera más palpable que también la lamparita terrenal de la vida más frenética se apaga en la tumba.

[2.6] Oh tiempos — tiempos más tenebrosos y abominables, ¡de tantos corazones habéis podido expulsar al Padre, al Santo Padre, al Dios eterno!

[2.7] ¡Habéis llenado estos corazones con inmundicias de Satanás y con todo lo más vano de este tenebroso reino del mundo y de la muerte — la que proviene del mundo!

[2.8] Oh Padre llenísimo de Amor, ¡ten Misericordia, ten Misericordia de nosotros! Porque de lo contrario muy pronto a todos nos tocará un final triste.

[2.9] ¡Porque mira, los hombres se han vuelto mujeriegos, dejan molerse la cabeza por las mujeres, están a sus pies y se arrastran al igual que serpientes, medio hollados por los pies de las mujeres!

[2.10] Oh Dios, Dios Santo, ¿puedes mirar aún más tiempo pacientemente semejante sacrilegio infernal sobre la Tierra? ¡El hombre se ha vuelto una culebra rastrera!

[2.11] Oh hora liberadora, santa hora, ¿cuándo pues vendrás para liberar esta Tierra de esta noche densísima que ya perdura tanto tiempo — para liberarla de la noche de toda muerte?

[2.12] ¿Y cuándo, finalmente, aprisionarás al príncipe de la mentira y de la maldad? — ¡¿Cuánto tiempo aún le permitirás atrapar y matar a los hombres de la Tierra?!

[2.13] ¡Oh Padre, Santo Padre llenísimo de Amor! ¡Pon fin de una vez a la actividad frenética de Satanás, porque de lo contrario estamos todos perdidos!

[2.14] ¡Considera los enormes apuros en que se encuentra esta Tierra! — ¡Escucha esta súplica, este grito de lamentación lleno de desasosiego! — ¡Amado Padre, libéranos a todos del mal tan amargo de esa noche que ya me parece eterna! — Sin embargo, siempre hágase tu Santa Voluntad. Amén.