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La Mosca

La mosca: símbolo de humildad

[12.12] Dentro de mi infinidad hay varios Cielos con estas características, siendo cada uno de ellos un hombre perfecto. Y el conjunto de todos estos Cielos forma un hombre tan infinito que no puede ser ni pensado ni sentido sino por Mí. Pues, en realidad, es mi propio cuerpo, es decir, Dios en su infinidad. Él, por supuesto, siente y vive su Personalidad individual y piensa dentro de ella de la manera más clara y nítida... ¡Qué cuantía y diversidad de Vida hay en Él!

[12.13] Si comparáis estas dos imágenes y meditáis sobre ellas, entonces no se os puede escapar que dentro de una vida eterna e infinita pueden ser vividas innumerables vidas de manera totalmente libre, pese a no ser más que minúsculas partes de una vida fundamental individual en Dios.

[12.14] Éste es el cántico que canta la mosca en su humildad, una humildad ejemplar para el hombre. Así como una mosca inicia en el planeta su victoria sobre la Vida, de la misma manera la humildad en el hombre comienza a recibir y conservar en sí la vida libérrima de Dios, desarrollando y fortaleciendo con perseverancia y coraje este santuario eterno que es Cristo vivo en cada hombre verdadero. Cuando esta Vida se ha establecido en todas las partes del alma, y por ésta en el cuerpo, ello representa una victoria, la máxima que un hombre puede alcanzar. Pues con esta victoria el hombre acoge en sí la Vida más elevada de Dios y, habiéndose apropiado de ella por el amor, se vuelve uno con Dios eterno, Padre de todo Amor.

[12.15] ¿No es esto una victoria que la mosca canta?

[12.16] Si queréis comprender su canto, consultad sencillamente con vuestra propia humildad, que os dará respuesta cierta:

[12.17] Así como el Amor es fruto de la humildad, la Verdad eterna o la Luz de toda luz es fruto del Amor. Y como el amor nace de la humildad, y la verdad del Amor, este proceso es un verdadero árbol de la Vida y de todo conocimiento sagrado de ella, temporal y eternamente.

[12.18] Quien quiera conocer los secretos de la Vida mediante la inteligencia mundana, difícilmente lo conseguirá. Ese intento le hará perder por el contrario lo poco que tan difícilmente obtuvo en su infancia. En verdad os digo: Quien no cree en la voz interior recibida en el corazón, a través de la conciencia o por boca de un inspirado; quien no cree en ella con una fe sencilla e inocente como la de los niños; quien sólo la oye y no la practica, éste no entrará en el Reino de los Cielos, sino únicamente aquél que actúa conforme a ella.

[12.19] Escuchasteis antes que la vida sólo puede volver a su origen después de haber pasado por el juicio. Y en el propio Evangelio se dice: “¡No soy Yo quien os juzgará, sino la Palabra pronunciada por Mí!”.

[12.20] Ella es el juez que da la vida eterna a quien la sigue, y la muerte a quien no actúa conforme a ella. Nadie alcanzará el conocimiento seguro de ello a no ser por el camino de la Cruz, actuando conforme a la Palabra, en el camino de la Cruz que no predica sino la humildad y el amor. Quien no practica la Palabra, tampoco podrá unirse a su Fuerza vital positiva sino permanecerá en la polaridad negativa de la muerte, de donde difícilmente saldrá de nuevo a una vida de polaridad positiva.

[12.21] ¿Cuáles son, para el que no sigue la Palabra, los primeros signos de tal juicio con su condena a muerte?

[12.22] Las dudas sobre la veracidad de cualquier punto de la revelación divina.

[12.23] La naturaleza de las mismas dudas ¿qué es?

[12.24] La duda es una deficiencia de la vida interior, razón por la cual el espíritu se retrae. En el alma sólo queda una penumbra, que por una parte procede de la proyección de los rayos cada vez más débiles del espíritu, y por otra de la luz mundana engañadora que ofusca todos los sentidos.

[12.25] Si el espíritu no es reanimado pronto mediante una actividad diligente conforme a la Palabra, no hay necesidad de mayor explicación sobre adonde conducirá tal carencia de Luz en el alma.

[12.26] Quien no entre durante esta vida en la verdadera polaridad positiva de la vida eterna, pronunciará su propia condena por quedarse en la polaridad negativa, de la cual nunca podrá resurgir.

[12.27] La relación entre estas polaridades es la misma que entre lo espiritual y lo material, o entre el fruto vivo interno y su cáscara exterior muerta.

[12.28] Quien pasa a ser fruto, pasará a la vida, y quien pasa a ser cáscara, pasará a la muerte.

[12.29] Sabéis que en toda cosa hay dos polaridades, con más motivo aún en Dios, y al ser eterno, sus polaridades también tienen que serlo.

[12.30] Quien está orientado por la Palabra y actúa según ella también recibe la vida y la acoge, con lo que su polaridad corresponde a la divina positiva, lo que tiene como resultado una existencia libérrima e ilimitada.

[12.31] Mas quien no practica la Palabra, permitiendo que únicamente pase por su intelecto negativo, ella misma le rechazará a la polaridad negativa, base fundamental de toda materia, muerte y limitación. De ello se deduce que el mundo material, al igual que el espiritual, nunca tendrá fin, sino que seguirá existiendo eternamente como soporte de polaridad negativa para todo lo espiritual y libre. Vosotros mismos podéis decidir cuál sea vuestra mejor ventura para toda la eternidad: ser incorporados a la polaridad positiva de Dios, o a la negativa. Es decir, ser como un ángel sumamente libre y feliz, o como demonio preso dentro de una piedra muerta. La decisión es vuestra.

[12.32] En efecto, para aquél que espiritualmente esté vivo, habrá verdad en todas partes; mas para el muerto no habrá luz en toda la eternidad.

[12.33] Sed conscientes de ello y llevad siempre en el corazón todo lo que afirme la Verdad. ¡Entrad en el ciclo eterno de la Vida que siempre está en evolución donde se manifieste la Verdad lúcida! Pero esta evolución no tiene por objeto la distracción del intelecto humano sino animarlo a una actividad diligente, pues únicamente mediante ésta nace la Verdad en el intelecto -la Verdad que es la Luz de la verdadera Vida- y lo inspira continuamente.

[12.34] Si lo habéis comprendido, poco os costará comprender lo siguiente: El sonido es según la flauta... La luz es según la vida... La paga es según la obra... Los conocimientos del hombre sobre la vida eterna en su interior son conforme a su actividad según la Palabra... La cumbre es según la montaña... Así como el concepto de la vida, así es su polaridad... Según el corazón, así su voz... Y según la humildad del corazón, así la Palabra viva en él...

[12.35] Ya no vais a preguntar: “¿Quién comprenderá todo esto en sus honduras? ¿A quién le florecerá este ramo de olivo?”. Porque lo que os ha sido revelado os explicó qué es la Verdad y qué la Luz. Ya no os será tan difícil comprender que la Verdad es una Luz para la luz, y es una Luz que es un juicio para la luz, un juicio que determina si la vida vuelve a la Vida o no... Pero todo esto ya lo sabéis...

[12.36] ¿Cómo podéis ansiar soles, y en la Luz apegaros a la Tierra? Dicho más claro: ¿Acaso podéis servir a dos señores?

[12.37] Quien ansía soles, es decir, quien busca la perfección viva, ¿cómo puede estar en la Luz, y en ella, a la vez, procurar las ventajas del mundo material? En otras palabras: El hombre cuya inteligencia busca verdades divinas, ¿cómo piensa alcanzar la vida eterna si no permite que la Palabra en su interior entre en acción?

[12.38] En medio de una luz robada, profanaría con su pereza la Tierra en la que se encuentra para ganar la vida eterna mediante una actividad diligente... Los físicos saben muy bien que dos polaridades iguales nunca se atraen, sino que se repelen. Al ser la Tierra de por sí misma inerte y perezosa, ¿cómo podría ser activada mediante la ociosidad?

[12.39] De lo que resulta que no se puede servir a dos señores al mismo tiempo: al intelecto perezoso y a la actividad animada.

[12.40] Quien ansía soles, no debe profanar la Tierra con la Luz que le es dada; por el contrario, debe bendecirla con su actividad. Y para él la Tierra se volverá un Sol...

[12.41] Por eso advierto al escéptico sombrío que corra antes de que Yo le venga con soles. Mas, ¿a dónde huirá?

[12.42] ¡Que pregunte a la mosca! Ella le dará testimonio del camino de la vida en el ciclo de su evolución, y en qué condiciones ésta debiera volver, con un potencial mucho mayor... Pero la mosca también le dirá hacia dónde se verá obligado a huir y cuál será su destino, si no está dispuesto a volver a la fuente de toda Vida, mediante una actividad según la Palabra.

[12.43] Quien tenga los ojos abiertos no necesitará buscar mucho para descubrir toda la infinidad llena de “aspirantes” que se esfuerzan un máximo para alcanzar la meta: el Origen de toda la Vida, rumbo hacia el cual la vida en la mosca ya se estaba dirigiendo.

[12.44] Así instruidos, también sabréis quien y cómo puede ascender esa escalera infinita del desarrollo por etapas, cada vez en nuevas formas, esa escalera que se extiende hacia la Fuente original de toda Luz y Vida.

[12.45] Preguntemos aquí al racionalista indolente si también él se considera capaz de ascender esta escalera... Y finalmente la pregunta: ¿Qué pasa si no consigue descubrir el camino de la Verdad, el camino de la actividad según la Palabra? ¿Qué le librará de la noche de la muerte eterna?

[12.46] Ya conocéis la respuesta: Hay que practicar la Palabra, porque no es suficiente simplemente prestarle oídos, menos aún criticarla, peor despreciarla y fatal negarla.

[12.47] Quien quiera verdaderamente hacer caso a mi Palabra, ha de tomarla muy en serio, para que junto con David pueda confesar: “Mi corazón está dispuesto, oh Dios; cantaré y tocaré para ti; también es mi honra. Me levantaré a la aurora. ¡Vamos, salmos y arpas! Te alabaré, oh Dios, entre los pueblos, a ti cantaré entre las naciones. Porque tu Misericordia llega hasta dónde lleguen los Cielos, y tu Verdad, hasta dónde lleguen las nubes. ¡Álzate, oh Dios, sobre los Cielos, y sobre toda la Tierra tu Gloria!, para que sean librados tus amados. Ayuda con tu Diestra y atiéndeme”. (Salmo 108)

[12.48] ¡Ved, como aquí David canta que Dios es su verdadera esperanza!

[12.49] ¿Dónde más puede Dios estar con el hombre si no en la Palabra? De modo que únicamente ella ha de ser una verdadera esperanza para el hombre... Que él la cante y la oiga, y que luego la declame y la practique... Pues la Palabra es la propia Luz del hombre, es su honra.

[12.50] David cita salmos y arpas, y quiere levantarse muy de mañana. ¿Para hacer qué?

[12.51] ¡Nada más que para actuar según la Palabra! Porque únicamente acogiendo la Palabra en su corazón y actuando según ella, el hombre me da las gracias y canta los mejores salmos en mi Honor... Haciéndolo entre los pueblos y las naciones... Encontrándose en medio de las dos polaridades ya conocidas y desviviéndose para dirigirse directamente hacia Dios... No dejándose desorientar por los pueblos ni las naciones... Y no haciendo caso a su propio intelecto mundano ni tampoco a sus tendencias a la indolencia.

[12.52] En verdad, quien actúa de esta manera, demuestra una verdadera fe en Dios. Pues, sabe muy bien hasta dónde llega mi Misericordia, y hasta dónde llega en los espacios eternos la Vida que emana de Mí y que abarca todos los Cielos.

[12.53] Aquél para quien Dios es una verdadera esperanza, en su interior ya está consciente de la victoria y puede exclamar junto con David: “¡Álzate, Dios, sobre el Cielo y sobre esa mi vida pasada, y tu Gloria que es tu Luz viva se extenderá por todas partes y por mí mismo, para que todos tus amados que suspiran por la Vida, pronto estén liberados de todo lo que aún les pueda causar la muerte!”.

[12.54] Y aún exclamará: “Señor, mi Dios y mi Padre, ve, ¡mi corazón rebosa de amor para contigo! Mira, desde las honduras de mi humildad te imploro en voz alta que me ayudes con tu Diestra, o sea, que me des la verdadera Luz de la Vida para que luego pueda vivir una sola Vida perfecta contigo. Por esto, Dios mío, ¡ayúdame y atiéndeme!”.

[12.55] Ved, estos son ruegos adecuados por parte de uno que en el espíritu y en la verdad puede decir que Dios es su verdadera esperanza.

[12.56] Aquél que puede afirmarlo, se inclinará incondicionalmente hacia Dios y no volverá la vista atrás al mundo. No levantará solamente su vista hacia Dios, sino también todo su ser. Pero hoy día, por desgracia, hay poca fe en Él y toda la humanidad se ha vuelto tibia. Y los últimos vestigios de fuerza viva que le quedan, los aplica a cosas mundanas...

[12.57] No os costará muchos quebraderos de cabeza haceros una idea sobre cuánta vida preparada para el retorno saldrá ahí para Mí... Seguro que lo podréis contar con los dedos, pues no atropellaréis con términos como “innumerable” o “infinito”...

[12.58] Pero hijos míos, ¡no os preocupéis de esto! Porque aun así todo recorrerá el camino prescrito por mi Palabra juzgadora, sea hacia arriba o hacia abajo. Francamente dicho: Pese a que fue pagado un gran rescate por la Tierra, y que fue colocada en el centro de mis dos polaridades infinitas, en la extensa infinitud hay todavía muchas tierras habitadas por criaturas más devotas que en esta Tierra tan lamentablemente ingrata, ¡y eso a pesar de lo que Yo he hecho precisamente para ella!

[12.59] La eternidad aún no se ha acabado, pues su duración es eterna. Mas ¡ay de la Tierra el día en que Yo aparte mi Corazón de ella y me dirija a otra!...

[12.60] Tened en cuenta todo lo que recibisteis en esta mosca y actuad según ello. No os fiéis tanto de vuestro intelecto, sino ateneos sobre todo a vuestro corazón, y seréis conscientes de la verdadera victoria de la Vida dentro de vosotros: ¡Os podréis alzar a la Luz séptuple, y a la Luz triple por encima de la Luz séptuple!

[12.61] Aún quiero haceros una advertencia: Si alguien tiene dudas de esta revelación, de modo que no se ve motivado a instar a su corazón a que entre en acción, entonces vale más que lo deje de lado; porque si lo implica y luego no atiende sus impulsos, el juez interior tendrá más motivos para pronunciar la muerte. Pero si desde el principio ha dejado el corazón de lado, su juicio y su camino hacia el polo negativo le resultará menos penoso: y con la posibilidad de que después de eternidades su condena tal vez pueda ser revocada en bien suyo.

[12.62] Pero quien lee esta revelación y la considera como un buen indicador del camino para la Vida, y actúa según ella, ya lleva la victoria dentro de sí mismo: La eterna Voluntad tan sumamente santa de vuestro Padre. Amén.

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