[0.5] Le di un par de alas tan ligeras como el éter para que pudiera levantar su vuelo por los aires, revoloteando entre los rayos del Sol y absorbiendo la luz con sus ojillos, con el fin de conducir esa luz para dar vida a las formaciones muertas, ofreciendo a la rigidez inerte testimonio de mi Clemencia suave y vivificadora. [0.6] Le concedí tres pares de patas, y una trompa para saborear la dulzura de la vida con su alimento. Lo que acabo de decir sobre la mosca debéis de aceptarlo como clave de meditación, y la mosca os transmitirá su canto de victoria.
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