Carta a Laodicea |
[3.46] Saludad de mi parte a todos los queridos hermanos, a Ninfas y a la comunidad fiel a su casa; porque yo le doy el testimonio que él es justo y que, como yo, siempre ora a Dios por vosotros. [3.47] Saludad también a los Colosenses cuando vayáis donde ellos; porque hay algunos entre ellos a los que vosotros conocéis y que siempre son justos y fieles en la fe y en el amor a Dios. [3.48] ¡Y cuando los colosenses hayan leído su carta, entonces también leedla vosotros — así como os ruego por Dios que también esta carta la deis a leer a los colosenses! [3.49] ¡Porque a ellos esta carta les hace tanta falta como a vosotros! Pero finalmente os advierto aquí por escrito —como Tíquico os manifestará verbalmente— que esta carta debe ser leída en todas las comunidades como en la de los colosenses. [3.50] Mi saludo con mi propia mano: ¡Recordad mi amor! ¡La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vosotros! [3.51] Escrita en Roma a través de Tíquico y su compañero Onésimo, que ambos han sido enviados hacia vosotros y enviados hacia los colosenses. |
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