Carta a Laodicea |
[3.21] No os enjuiciéis mutuamente al igual que los gentiles, que tienen sus juzgados propios, sino sed conciliadores y tolerantes entre vosotros, y conciliad vuestras cosas con el corazón, así, ante el Señor, haréis mejor que si cumplieseis fidedignamente todos los preceptos de Moisés que son difíciles de acordarse y, más aún, cumplirlos; porque el Señor no tiene complacencia en los preceptos de Moisés, sino sólo en un corazón puro que ama verdaderamente a Dios y al hermano. [3.22] ¡Pero ante todo sujetaos al Amor, porque sólo Éste vale ante el Señor y es el único medio real para toda realización y toda perfección! [3.23] ¡Que en el amor y a través del amor reine la verdadera y perfecta Paz de Dios en vuestros corazones —una Paz a la que todos vosotros sois llamados en un cuerpo en Cristo el Señor; y si agradecéis a Él, entonces agradecédselo todo el tiempo y por la eternidad en el espíritu y en la Verdad, [3.24] pero no en un templo muerto que no vale nada ante Dios, el Señor y Dador de la Vida que es el único que mira en el corazón y su respectiva paz! |
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