Carta a Laodicea |
[2.10] y que no hace caso a la cabeza, de la cual el cuerpo completo recibe toda la fuerza de acción a través de sus miembros, articulaciones y uniones, que se mantienen unidos mutuamente y hasta crecer así entonces a una medida divina, [2.11] sino que únicamente se atiene a su propio interés que está lleno de suciedad e inmundicia, de intenciones egoístas, lleno de engaño y mentira, lleno de adicción al dominio, lleno de avaricia y lleno de envidia! |
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