Help

jakob-lorber.cc

Carta a Laodicea

[1.25] ¡Porque con Cristo fuisteis sepultados para el mundo en vuestra carne pecaminosa a través del bautismo con el Espíritu Santo y después habéis resucitado de nuevo por Cristo a través de la fe viva y del amor hacia Él!

[1.26] ¿Qué queréis hacer entonces con la vieja circuncisión que ya dejó de ser? ¿Qué con la ceremonia que ya no tiene valor alguno porque Cristo ya vino y ha resucitado, y nosotros con Él? Entonces, ¿qué queréis con el Sabbat (celebración del sábado), si Cristo obró cada día y aun obra hoy, de tal manera que convirtió cada día en un día del Señor; por eso no celebró el Sabbat?

[1.27] Pero os conozco y por eso os digo: Cristo, como es Él, quiere ser pobre en el mundo, ¡pero vosotros queréis oro! — ¡Este es el motivo por el que queréis una casa de oración, un día festivo y vestiduras adornadas!

[1.28] Vosotros decís que Dios, mediante Cristo, Su Hijo, no abolió en ningún punto los preceptos de Moisés, sino más bien que los ha confirmado en la última cena; y por tanto debería existir también una ceremonia de sacrificio.

[1.29] ¡Pero yo, Pablo, un apóstol del Señor, y elegido por Dios, y que muy bien estoy lleno del Espíritu Santo; ¿cómo es que el Espíritu de Dios nunca me ha indicado hacer tales cosas a pesar de que fui, antes de mi llamado, un sirviente y esclavo del templo mucho más bribón que lo que vosotros jamás fuisteis?!

[1.30] Pero ahora quiero deciros: ¡Cuando el Espíritu de Dios me despertó durante mi viaje a Damasco para perseguir a la joven comunidad de Cristo, lo primero que observé, incluso durante mi ceguera, fue que el Señor quiere ser honrado y adorado en Espíritu y en Verdad, pero nunca en una ceremonia!

Vista escritorio Aviso legal