Carta a Laodicea |
[1.6] de igual manera como fue en la época en la que la circuncisión de la carne tenía aún valor ante Dios, (costumbre que existió en parte entre los gentiles y en parte entre los judíos); circuncisión que Él había ordenado en el tiempo del padre Abraham como señal de la circuncisión verdadera del Espíritu a través de Jesucristo que está en vuestro interior. [1.7] Y ahora, para que estéis enterados, os hago saber sobre la lucha que tengo que sufrir por vuestra causa, vosotros que habéis visto o no la carne de mi persona [1.8] y para que, con gran vigor, seáis exhortados en vuestros corazones y así queráis unificar y fortalecer vuestro amor en el cual se encuentra toda riqueza de tal entendimiento que reconoce el gran secreto de Dios, del Padre, guardado en Su Hijo Jesucristo, |
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