[1.5] y os habéis elegido un obispo y un sacerdocio, y queréis hacer un ídolo de Cristo — y os habéis reservado una casa (como templo), un día festivo y vestiduras adornadas, [1.6] de igual manera como fue en la época en la que la circuncisión de la carne tenía aún valor ante Dios, (costumbre que existió en parte entre los gentiles y en parte entre los judíos); circuncisión que Él había ordenado en el tiempo del padre Abraham como señal de la circuncisión verdadera del Espíritu a través de Jesucristo que está en vuestro interior.
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