Antes de que la paloma fuera soltada, el sacerdote avisó a los pretendientes: «Mirad, vosotros que hacéis falsas interpretaciones de las señales de Jehová. Esta paloma es un animal inocente y puro, y no tiene oído para nuestros convenios. – La Infancia y Juventud de Jesús, Capítulo 1, Párrafo 11
|