[1.37] A la mayoría de los médicos podría aplicárseles el proverbio del norte en el que un médico así es comparado con una especie de porra. Si ésta acierta afortunadamente la enfermedad, entonces el paciente mejorará; sin embargo si le da al paciente en vez de dar a la enfermedad, entonces éste morirá! [1.38] Aquí no se trata de la practica de antiguas experiencias o de nuevos experimentos para la curación del hombre, sino de un arcano que, mientras lo permita la máquina del cuerpo, sea capaz de volver a revivir la humanidad enferma, de la misma manera que la luz de la primavera revive las plantas y animales, suponiendo que el organismo sea proclive a tal revivir. Cabe mencionar que una vida eterna del cuerpo, junto con su alma, y en ésta tierra, tal como lo sueñan algunos médicos, no existe. Pero con la posibilidad del hombre de prorrogar su vida en relación con Mi orden establecido, éste puede llegar a una elevada edad con una salud muy buena si tiene en cuenta el régimen adecuado y además el correcto empleo del arcano. [1.39] Puesto que necesariamente hemos anticipado esto, y gracias a estas explicaciones, todos podemos comprender como las diferentes esencias de la vida de los rayos solares están conectadas con la naturaleza, ahora pasamos a la forma de tal mecanismo receptor de rayos solares. |