[1.10] Siempre donde aparezca cualquier debilidad en el alma; es decir, en sus partes substanciales, y el alma misma no pueda, siguiendo un camino ordenado, procurarse una fortaleza en las partes debilitadas, se dirige entonces a su propio espíritu nervioso y extrae de éste lo que le falta a ella. A cambio de esto se produce entonces en los nervios, como en unas pilas eléctricas descargadas, una carencia clara de aquel fluido vital, por medio del cual únicamente se puede conservar su tensión correcta.
|