El Gobierno de Dios |
[1.15.7] Ves, así me habló la serpiente, y ella continuó: “¡Mi carne acabará con tu naturaleza injustamente inculpada ante Dios, y mi sangre te dará una nueva personalidad sin culpa alguna, provista de todo poder y toda fuerza!”. A continuación la serpiente se calló y yo la cogí y me la comí, tal como lo viste». |
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