El Gobierno de Dios |
[1.8.4] En ella, mientras tanto, la avidez por el fruto aumentó, la atrajo al árbol e hizo que cogiera una manzana. Adán vio que Eva se volvió infiel al corazón de él, se entristeció y le dijo: [1.8.5] «Pero Eva, ¿qué estás haciendo? Aún no estamos bendecidos por el Señor del Poder, de la Fuerza y de la Vida... Sabe que tienes el fruto de la muerte en la mano... ¡Tíralo, para que no muramos en la desnudez ante el Señor de la Justicia!». |
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