[2.2] ¡Reflexiónese tan sólo sobre la enorme cantidad de lo que está ofrecido en la Sagrada Escritura en el Antiguo y el Nuevo Testamento, y junto a esto, la enorme cantidad de libros verdaderamente exegético—espirituales! ¡De modo que si todo esto se leyera conforme el grado de la actividad, realmente así, durante toda la vida, a lo sumo se llegaría a terminar con algunos pocos capítulos!”. [2.3] Pero Yo digo: Pues mirando el asunto desde este punto de vista, por supuesto, el que refuta tiene razón. Porque si sólo se quiere leer tanto —y no más— de lo que uno está más o menos convencido de realmente poder realizarlo, entonces, por supuesto, incluso también algunos pocos capítulos ya serían demasiado. Pero observando este asunto desde otro punto de vista, entonces el material reservado nunca será abundante, con lo que el lector inmediatamente puede transformar lo leído en realidad. [2.4] Porque también se podría decir, por ejemplo: Si cualquier campesino posee un gran campo de buena calidad que le produce una cosecha céntupla, ¿por qué no siembra todo este campo? Pues un décimo de este campo ya produce tanto como el agricultor necesita para sí mismo.
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